16/7/2021
Infección hospitalaria: qué es y cómo prevenirla
Las infecciones adquiridas en el hospital (también llamadas infecciones relacionadas con la atención médica (IRA)) son complicaciones que pueden ser causadas por microorganismos, como bacterias y virus. Algunos de los microorganismos que causan las infecciones hospitalarias se encuentran en el medio ambiente y otros forman parte de nuestro cuerpo.
Aunque generan mucho miedo y tienen variantes graves, las infecciones se pueden prevenir con sencillas medidas preventivas. ¿Vamos a entender más sobre el tema?
Los tipos más comunes de infecciones hospitalarias incluyen las asociadas con una herida quirúrgica o la inserción de dispositivos médicos, como un goteo intravenoso, un catéter urinario o un drenaje de heridas. Esta desgracia puede ocurrir porque muchas personas enfermas tienen el sistema inmunitario debilitado, lo que las hace más susceptibles a contraer una infección. En Brasil, las más comunes son las infecciones respiratorias, siendo la neumonía la más común; las infecciones del tracto urinario; las infecciones cutáneas y las infecciones sanguíneas.
Además, también existe el riesgo de contaminación por superbacterias, que surgen cuando los antibióticos se administran de forma inadecuada, lo que puede provocar una selección natural de las bacterias más resistentes. En el contexto brasileño, la incidencia de las superbacterias es sorprendente Acinetobacter spp, Klebsiella pneumoniae, Pseudomonas aeruginosa y E. coli.
Para que el organismo hospitalario evite la incidencia de estas infecciones, hay una serie de protocolos de seguridad que deben seguirse para la prevención. Los más comunes son: lavarse las manos con jabón o usar gel a base de alcohol; usar equipo de protección, como guantes, batas de laboratorio, máscaras y protectores oculares; separar a los pacientes infecciosos de los demás; desinfectar el equipo médico entre el uso de un paciente y otro; además de mantener un ambiente limpio.
A pesar de estos esfuerzos, algunos pacientes siguen corriendo un mayor riesgo que otros de contraer una infección mientras están hospitalizados. Esto puede ocurrir especialmente en personas que tienen enfermedades que afectan la capacidad del cuerpo para combatir infecciones como el cáncer. Sin embargo, las personas de edad avanzada, los recién nacidos, las personas con problemas de inmunidad (por ejemplo, los pacientes con SIDA o los pacientes que han sufrido un trasplante), los diabéticos, las personas con enfermedades vasculares y los pacientes que utilizan dispositivos invasivos, como la inserción de catéteres urinarios, la inserción de catéteres venosos y el uso de dispositivos de ventilación mediante dispositivos, también son vulnerables a las infecciones hospitalarias.
Para reforzar la seguridad de todos los pacientes, nosotros, los visitantes, los familiares y los amigos de las personas enfermas también podemos hacer nuestra parte para prevenir la aparición de infecciones hospitalarias. Lávese siempre las manos después de ir al baño o antes de comer; no lo visite si tiene síntomas de alguna enfermedad; evite tocar una herida o un dispositivo insertado en el cuerpo del paciente; informe al profesional de la salud que se preocupe si el área que rodea alguna de las líneas o tubos insertados en el cuerpo del paciente se pone roja, hinchada o dolorosa; evite hablar demasiado cerca del paciente para evitar infecciones por enfermedades respiratorias y no dude en preguntarle a un profesional de la salud si se limpió las manos antes realizando cualquier procedimiento.
Las acciones descritas anteriormente parecen simples, pero tienen el poder de marcar la diferencia en la evolución segura de un tratamiento médico. Por lo tanto, permanecer atentos al medio ambiente y a sus propios hábitos es el primer paso para que podamos mantener el entorno hospitalario seguro para los pacientes, el personal y las personas que amamos. ¡Esté atento y siga los protocolos de higiene y las pautas de los profesionales de la salud!
Texto de Leticia Barbosa