20/5/2020

La ciencia es alabada ante una crisis sanitaria

Hoy es el Día Internacional de la Investigación Clínica. La fecha, establecida para sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de los estudios clínicos, se celebra ante la emergencia sanitaria más grave de la historia reciente.

Debido a la pandemia del nuevo coronavirus, existe un esfuerzo mundial a una velocidad sin precedentes para descubrir una vacuna, medicamentos y diagnósticos que ayuden a detener los efectos de la pandemia. La ciencia ocupa un lugar central y, sin duda, saldrá fortalecida de este triste episodio.

En Brasil, sin embargo, aún es necesario avanzar mucho para alcanzar los estándares internacionales en el desarrollo de la investigación clínica.

Según la publicación de 2019 «La importancia de la investigación clínica para Brasil» de INTERFARMA (Asociación de la Industria de Investigación Farmacéutica), si bien Brasil se encuentra entre los diez primeros puestos en la clasificación mundial de población, PIB y mercado farmacéutico, ocupa el puesto 24 en términos de participación en estudios clínicos, lo que representa una caída de siete posiciones en diez años.

Las dos áreas terapéuticas más investigadas en el mundo, según la entidad, son la oncología y el sistema nervioso central (SNC), que en conjunto representan el 42% de todos los estudios iniciados en 2018.

Según el director de Lacog (Grupo Latinoamericano de Oncología Cooperativa), el oncólogo Dr. Carlos Barrios, hay alrededor de 70.000 experimentos en marcha en todo el mundo con pacientes con cáncer, en los que se están probando diferentes tratamientos. Alrededor del 45% se llevan a cabo en los Estados Unidos, el 25% en Europa y solo el 2% en América Latina.

El oncólogo enumera varias barreras para el desarrollo de la investigación en Brasil: la insuficiencia de recursos, la burocracia en las agencias públicas, la necesidad de más centros de investigación y la falta de información de la población sobre la importancia de los experimentos.

En los últimos años, ha habido una mayor preocupación por parte de las autoridades reguladoras y éticas por acelerar el tiempo de aprobación de los protocolos, de modo que los plazos en Brasil estén más alineados con los de otros países, señala Barrios. El proyecto de ley 7082/17, que incluye nuevas regulaciones para el área, también está pendiente ante la Cámara de Diputados.

Según el médico, con el covid-19, el Conep (Comisión Nacional de Ética en Investigación) ha demostrado que es posible una mayor agilidad en la emisión de opiniones. La agencia creó cámaras digitales y aprobó 253 experimentos antes del 11 de mayo, en un período récord.

Otro aspecto relevante, en opinión del oncólogo, es la falta de información. «Cuando las personas comprenden la importancia de la investigación, quieren participar en el proceso», afirma.

Según él, solo una minoría no firma el formulario de consentimiento, un documento que contiene información sobre todo lo que ocurrirá en el estudio clínico. «Esto demuestra que el paciente informado es alguien que colabora porque siente que el proceso es algo positivo para él».

Para el Dr. Barrios, el Proyecto Cura tiene una gran misión, que es generar conocimiento en la sociedad sobre la importancia de la investigación. «Que los ciudadanos se sientan orgullosos de decir que participaron en un proyecto de investigación», concluye.

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