11/10/2016
Stephen Stefani: piensa (y actúa) en rosa en octubre
Artículo escrito por Stephen Stefani, oncólogo del Hospital Oncológico Madre de Dios de Porto Alegre - RS, publicado el 10/10/2016 por el periódico en línea Opinión ZH. Octubre ya tiene su color. El rosa ha ocupado espacios y ha recordado la importancia del cáncer de mama. Las crecientes estadísticas corroboran la clara percepción de que casi todos estamos afectados por el cáncer, ya sea en la familia, los amigos o con nosotros mismos. Y se estima que, este año, cerca de 60 000 mujeres recibirán la noticia de que tienen cáncer. Es posible que se sometan a una cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia hormonal, inmunoterapia o alguna combinación de tratamientos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la incidencia se puede reducir en un 30 {46cf1a6c7461ff493d31bdca70d45967bd1ce7048f85e123712b94daa5b61391} evitando factores de riesgo como la obesidad, el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo. La participación en las campañas de sensibilización ha crecido, pero sigue siendo mucho más rica en las redes sociales y otros medios que en las medidas prácticas. Muchas mujeres mayores de 40 años aún no se han hecho la mamografía porque cometen el error de pensar que la ausencia de síntomas o antecedentes familiares brinda suficiente protección. El acceso a los tratamientos en el sistema público es prolongado e incompleto. Los precios de los nuevos medicamentos son casi inviables para el presupuesto disponible. Por lo tanto, la realidad puede no ser tan optimista. Pero estamos avanzando. Los tratamientos tóxicos se toleran mucho mejor y se están curando enfermedades que antes eran incurables. La investigación científica está más cerca de todos y hablar de la enfermedad ya no da tanto miedo, pero necesitamos medidas prácticas. Las iniciativas de recaudación de fondos para la investigación, como el Proyecto Cura (www.projectocura.org), que permite hacer donaciones deducibles de impuestos, ofrecen la esperanza de un futuro menos devastador. La gente sobrevive y lucha para que sus vecinos también tengan acceso a estos avances, en una corriente que demuestra que los seres humanos somos mucho mejores de lo que solemos pensar.